Fuiste
propicio a tu tierra, oh Jehová; Volviste la cautividad de Jacob.
Perdonaste la
iniquidad de tu pueblo; Todos los pecados de ellos cubriste. Reprimiste todo tu enojo;
te apartaste del
ardor de tu ira. Restáuranos, oh
Dios de nuestra salvación, y haz cesar tu ira de sobre nosotros.
¿Estarás enojado
contra nosotros para siempre? ¿Extenderás tu ira de generación en
generación? ¿No volverás a
darnos vida, para que tu pueblo
se regocije en ti? Muéstranos,
oh Jehová, tu misericordia, y danos tu salvación. Escucharé lo que hablará Jehová Dios;
porque hablará paz
a su pueblo y a sus santos, para que no se vuelvan a la locura.
Ciertamente
cercana está su salvación a los que le temen, para que habite la gloria en nuestra tierra.
La misericordia y
la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron. La verdad brotará de la tierra,
y la justicia
mirará desde los cielos. Jehová dará también el bien, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia irá delante de él,
y sus pasos nos
pondrá por camino.
miércoles, 18 de marzo de 2015
Juan, Cap. 3, Vers. 14/21
Y como
Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo
del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna.
Porque de
tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Porque no
envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él.
El que en
él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no
ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
Y esta es
la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las
tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Porque
todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus
obras no sean reprendidas.
Mas el que
practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son
hechas en Dios.
Efesios, Cap. 2, Vers. 1/10
Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros
delitos y pecados, en los
cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo,
conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en
los hijos de desobediencia, entre
los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de
nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos
por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que
nos amó, aun estando nosotros
muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois
salvos), y juntamente con él nos
resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo
Jesús, para mostrar en los
siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con
nosotros en Cristo Jesús.
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de
vosotros, pues es don de Dios; no por
obras, para que nadie se gloríe.
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas
obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Números, Cap. 21, Vers. 4/9
Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para
rodear la tierra de Edom; y se
desanimó el pueblo por el camino.
Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos
hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni
agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano.
Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían
al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel.
Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado por haber
hablado contra Jehová, y contra ti; ruega a Jehová que quite de nosotros estas
serpientes. Y Moisés oró por el pueblo.
Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla
sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá.
Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno,
miraba a la serpiente de bronce, y vivía.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)