jueves, 29 de mayo de 2014

Evangelio de S.Mateo, Cap. 15, Vers. 1:14

15:1 Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: 
15:2 ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan.
15:3 Respondiendo él, les dijo: 
¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición? 
15:4
 Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente.
15:5
 Pero vosotros decís: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte, 
15:6
 ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición. 
15:7
 Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: 
15:8
   Este pueblo de labios me honra; 
Mas su corazón está lejos de mí. 
15:9
  Pues en vano me honran, 
Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.
15:10 Y llamando a sí a la multitud, les dijo: 
Oíd, y entended: 
15:11 No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre. 
15:12 Entonces acercándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se ofendieron cuando oyeron esta palabra?
15:13 Pero respondiendo él, dijo: 
Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada. 
15:14
 Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.

1ª a los Corintios, Cap. 3

3:1 De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. 
3:2 Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía,
3:3 porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?
3:4 Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?
3:5 ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor.
3:6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.
3:7 Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.
3:8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.
3:9 Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.
3:10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.
3:11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.
3:12 Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca,
3:13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.
3:14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.
3:15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.
3:16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
3:17 Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.
3:18 Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio.
3:19 Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: El prende a los sabios en la astucia de ellos.
3:20 Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos.
3:21 Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro:
3:22 sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo por venir, todo es vuestro,
3:23 y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios.

Proverbios Cap. 24

24:1 No tengas envidia de los hombres malos, 
Ni desees estar con ellos; 
24:2 Porque su corazón piensa en robar, 
E iniquidad hablan sus labios. 
24:3 Con sabiduría se edificará la casa, 
Y con prudencia se afirmará; 
24:4 Y con ciencia se llenarán las cámaras 
De todo bien preciado y agradable. 
24:5 El hombre sabio es fuerte, 
Y de pujante vigor el hombre docto. 
24:6 Porque con ingenio harás la guerra, 
Y en la multitud de consejeros está la victoria. 
24:7 Alta está para el insensato la sabiduría; 
En la puerta no abrirá él su boca. 
24:8 Al que piensa hacer el mal, 
Le llamarán hombre de malos pensamientos. 
24:9 El pensamiento del necio es pecado, 
Y abominación a los hombres el escarnecedor. 
24:10 Si fueres flojo en el día de trabajo, 
Tu fuerza será reducida. 
24:11 Libra a los que son llevados a la muerte; 
Salva a los que están en peligro de muerte. 
24:12 Porque si dijeres: Ciertamente no lo supimos, 
¿Acaso no lo entenderá el que pesa los corazones? 
El que mira por tu alma, él lo conocerá, 
Y dará al hombre según sus obras.